viernes, 27 de agosto de 2010

Pornografía. Por Víctor Rojas


El señor Izarra ha sido justamente criticado por su lamentable participación en un programa de CNN, donde se trataba el problema de la inseguridad en Venezuela. De esa intervención ha quedado como latiguillo de propaganda gubernamental la palabra “pornografía”, usada por el aludido Izarra para calificar los reportajes hechos por la cadena televisiva. Ahora, según el oficialismo, todo lo que se argumenta en contrario al gobierno es pornográfico.Aunque, a decir verdad, los libretistas del régimen no dejan de tener razón al dar beligerancia a esa palabra, concretamente en su acepción de “obsceno” y “despreciable” porque, paradójicamente, en la actual coyuntura electoral, es un calificativo que describe con exactitud comportamientos del gobierno y su manera de comunicarlos.Comencemos por el mismo Izarra. Ni el mas fanático de los seguidores del “proceso” se sintió complacido con su actuación, no solo por el desconocimiento de la materia que se trataba, sino por la fingida risa, convertida en mueca, como pueril recurso por la falta de argumentos. Eso fue pornografía.También, son pornográficas las cuñas publicitarias gubernamentales, donde presentan a unos trabajadores, pulcros y uniformados, frente a unas líneas de producción industrial refiriéndose a lo “chévere” que es trabajar en una empresa socialista. Pero son empresas de cuya existencia poco se sabe y menos de sus productos, los que raramente se consiguen, y cuando se encuentran resultan ser de pésima calidad: como unas computadoras que vende la CANTV.De igual manera, resultan pornográficas, por falsas y manipuladas, las cifras que el gobierno informa a través de sus dependencias como las del anteriormente autónomo BCV, la otrora respetable PDVSA, y, por supuesto, las que ofrece el Instituto Nacional de Estadísticas, INE, al que llaman IME por ser el Instituto de Mentiras del ramo.Es pornográfica la emisión diaria de VTV orientada a la promoción del odio y la división entre venezolanos, y a presentar supuestos logros de un “proceso” que solo ha traído pobreza para el país. Y, lo que es peor, con una programación dedicada a promover el culto a la personalidad de un líder que representa lo más primitivo y atrasado de nuestra historia.Fue pornográfica la manipulación de los restos del Padre de la Patria, con pura intención propagandística, para forzar la idea de ser portador de una relación esotérica que no existe.Como también es pornográfico decir que la podredumbre de PDVAL es insignificante; y que las cifras de asesinatos en el país son un invento del imperio y de la oposición, mientras se descubre un informe secreto, ordenado por la vicepresidencia, donde se dice que el número de homicidios en 2009 no fue de 16 mil como decía en CNN el profesor Briceño León, causando hilaridad en Izarra, sino de 20 mil…En fin, por esta vía podríamos seguír dando ejemplos de pornografía “rojita”, pero sólo nos restaría decir que no se puede esperar nada diferente de un liderazgo que usa sin pudor la mentira, la procacidad, la amenaza y el insulto como instrumentos en su actuación política



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lunes, 16 de agosto de 2010

RIDICULEZ. Por Víctor Rojas.


“De lo heroico a lo ridículo no hay mas que un solo paso"
Bolívar

Hace tiempo, en una universidad norteamericana, en clase de sociología política, un profesor describía las cualidades que un político debería tener. Decía, que la persona tenía que poseer algo de cultura, mientras más elevada su aspiración ésta debía ser más amplia; tenía que saber pensar; también comunicar, en el sentido de manejar la escritura y poseer dotes de orador; así como ser organizador, para crear estructuras y formar equipos de apoyo; pero ante todo, tenía que tener claro el sentido del ridículo, porque ese pecado resulta ser mortal para cualquier político.
El ridículo se define como algo que mueve a risa, a burla; o sea, algo que no es digno de tomar en serio, que por estar fuera de contexto no se aprecia, se desecha. Es excéntrico, extravagante, funambulesco.
Como podremos apreciar, la advertencia del viejo doctor Cooper, así se llamaba el profesor, era muy pertinente porque a fin de cuenta, el político que cae en el ridículo pierde credibilidad y respeto, que sin duda son los activos mas preciados para alguien que pretende dirigir el destino de una colectividad.
Por supuesto, esas ideas no eran originales del profesor. A través de la historia esos conceptos se han venido reiterando; pero en el caso citado guardaba cierta relevancia, porque Cooper cuando joven había sido soldado de las fuerzas aliadas en la 2da guerra mundial, y con la mirada del científico social que alguna vez llegaría a ser, observó en pleno teatro de operaciones a Churchill, Mussolini, Hitler, Eisenhower, De Gaulle y Stalin.
Eso le daba pie para afirmar, lo que tampoco era original, que todo político, con mayor o menor énfasis es un histrión, condición que los coloca más cerca del peligro del ridículo. En su criterio, los más histriónicos eran los fascistas Mussolini y Hitler; siendo el más austero en su expresión Eisenhower; mientras Churchill y De Gaulle “actuaban” pero con mesura, porque el beneficio que buscaban no era para ellos sino el de sus pueblos. En cuanto Stalin, decía que era inescrutable, lo que también dijo de Mao, coincidencialmente ambos comunistas. Tanto los fascistas como los comunistas se identificaban por su megalomanía.
Aquí en Venezuela hemos tenido de todo, inescrutables como Gómez, y alborotados como Castro; prudentes como Soublette y Rómulo; y exhibicionistas como Guzmán y Carlos Andrés.
Según lo dicho: ¿Cómo podríamos definir a un político, que después de haber afirmado, que si un aspirante presidencial de un vecino país, por desgracia, llegara a ser electo, aquí nadie lo recibiría, y después lo invita? ¿Que decir de un individuo que llega a un lugar, con el que está en estado prebélico, para reunirse con su presidente al que pocos días atrás llamo: mafioso, lacayo, oligarca, francotirador, paramilitar, guerrerista y otros epítetos, diciendo que va preñado de “amor”?
¿Qué pensar al respecto?: ¿Qué es un histrión? ¿Un narcisista? ¿Un mitómano? ¿Un cínico? ¿Un bipolar? O un político que no le importa su credibilidad y la confianza que inspira, porque lo que le interesa es su obsesión por el poder y la imposición y expansión de un proyecto político, sin detenerse a pensar en el gasto, emocional y material, que su conducta provoca en el pueblo que gobierna y en la comunidad internacional. La megalomanía lo obnubila y lo hace caer en el ridículo. Lo que resulta trágico, como lo demuestra la historia, para quienes están sujetos a sus designios


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martes, 10 de agosto de 2010

El Sinvergüenza. Por Rafael Marín Jáen

Cara dura, cobarde, oportunista, son epítetos o adjetivos que podrían servir para definir el perfil ético y psicológico de un individuo que usando a los militares y por la vía del golpe de estado pretendió derrocar a un régimen democrático en nombre de la democracia. Es el mismo individuo, que en su tránsito de pichón de gorila militarista a caudillo civil decimonónico, describe una elipsis que va desde sus contactos españoles con Marcos Pérez Jiménez, pasando por su petición de ayuda adulante e indigna a Alberto Fujimori en el Perú, y por contactos con las FARC y el ELN en Colombia, hasta su aterrizaje forzado y sin instrumento de navegación (recuérdese que hablamos de un ágrafo aidelógico ) en el Mar de la Felicidad, Cuba, gobernada por el más atrasado de los comunistas-stalinistas Fidel Castro. Hasta allí, su aventura carecía de sustrato ideológico, salvo aquella campaña intempestuosa llena de adjetivaciones grotescas, ajenas a una sociedad esencialmente pacífica (como la de freirele en aceite la cabeza a sus adversarios) o la de que tenía “un pie en los cuarteles y otro en el pueblo”, no había descubierto ni una sola idea, hasta que en sus lecturas de solapa de libros, encontró a Dieterich, a quien como personaje de cuarta fila en el submundo de la trasnochada izquierda latinoamericana, había visto y solamente visto en el Foro de Sao Paulo. Se empató entonces en la idea de instaurar en Venezuela, un proyecto gaseoso e inconcluso como el del Socialismo del Siglo XXI; así entre golpes y traspiés, entre lecturas trasnochadas y asesores sin ninguna formación, nos ha traído a los venezolanos “el pro-hombre de Sabaneta”.
Ha manejado en casi 12 años fortunas provenientes de la renta petrolera que cuadruplican los presupuestos manejados por los diversos gobiernos democráticos desde 1.958 hasta 1.998.
Entre la inmoralidad y las pocas luces de su gobierno, ha dilapidado, regalado, usufructuado y robado, todo a la vez, esa inmensa fortuna. El retroceso vertiginoso en materia de servicios públicos, de desarrollo material, de evolución cultural y educativa de la sociedad venezolana, es vergonzante. Quien tenga años sin visitar a Venezuela, se asombrará como si se operara en él, un viaje hacia el pasado, descubrirá que no se trata ya de la pujante sociedad que crecía a trancos hacia la modernidad, sino una sociedad empobrecida, psicológicamente disminuida aterrorizada tanto por el hampa, como por las llamadas fuerzas del orden público, como si se tratara de Cuba, de Haití o de esas naciones africanas recién liberadas del coloniaje europeo. Y como si fuera poco, después de haber ensayado en el país, como en un rin de boxeo, tratando de noquear de manera fulminante a todos sus adversarios, ha escogido el expediente guerrerista de la confrontación internacional. Ya no se trata solo de insultos y descalificaciones contra el gobierno y los gobernantes de los Estados Unidos de Norteamérica, a quienes insulta, es verdad, pero de quienes depende ahora más que nunca, en una práctica neocolonial desde el punto de vista económico, habiéndole entregado gran parte de nuestra riqueza petrolífera para que hagan y deshagan; como el cuento del monito que tratando de corregir a sus hijos porque comían mucho los golpeaba y él dejaba de comer hasta casi morirse de inanición. En este caso el mono no ha dejado de comer, pero casi mata de hambre al pueblo venezolano. Es verdad también, que esa dependencia hoy, no es solo del imperialismo estadounidense, ha ampliado esa dependencia colonial, incorporando como beneficiarios de nuestras riquezas fundamentales y como acreedores a futuro, a los rusos y a los chinos.
En su afán por distraer la atención frente a la podredumbre moral de su gobierno, ha inventado objetivos militares hemisféricos; en un acto de inaudita entrepitura y siendo más papista que el Papa, rompe relaciones con Colombia para cobrarle el muy revelador contenido de la computadora del guerrillero Reyes, muerto en combate por las tropas colombianas en territorio ecuatoriano. Y sin importarle las consecuencias geopolíticas y económicas que esa ruptura le ha causado a Venezuela, no solo en el ámbito fronterizo sino en todas las operaciones de intercambio comercial que con ese país manteníamos, amenaza con enviar tropas a la frontera, tropas y armamentos que nunca aparecen, haciendo el tragicómico rol de tigre de papel. Se entromete en las elecciones de Colombia y ante un gesto del entonces candidato y hoy presidente Juan Manuel Santos, quien afirma que se trasladará a Caracas una vez electo para recomponer las relaciones rotas entre Venezuela y Colombia, a lo cual, el araguato de Sabaneta responde “yo no se quien lo irá a recibir, pero si viene tendré que esconder la cartera porque ese es un mafioso”.
En el acto de toma de posesión de Juan Manuel Santos estaban todos los pupilos del chavismo, pero particular curiosidad despertó la presencia de la pareja presidencial ecuatoriana quienes aplaudían a rabiar a Santos, incluso cuando no debían, como esos imitadores de los gitanos que baten palmas a lo loco y sin saber cuando parar. También, de manera adusta y responsable estaba Luiz Inacio Lula Da Silva Presidente de Brasil y ¡oh sorpresa! exhibiendo un color cobrizo el canciller Maduro no sabemos si ese color era ocasionado por el terror que sentía ante la majestad de aquel acto o de un paludismo que contrajo en su ultimo viaje a la frontera colombo-venezolana para saludar a los herederos del Mono Jojoy.
Dos días después y sin pestañar, aquel que no recibiría a Santos, urgido pide pista en Santa Marta para ir a arreglar cuentas con su homólogo el presidente colombiano.

“Cosas vederes Sancho…”.

Pero comenzamos este artículo, buscando un adjetivo calificativo que le cupiera holgado a Hugo Rafael, el mejor... lo tengo en la punta de la lengua...


¡Qué sinvergüenza!
Por Rafael Marín Jáen

viernes, 6 de agosto de 2010

ENVILECIMIENTO. Por Victor Rojas


A mi hijo Jorge Luis.

El giro de 180° dado por la señora Cilia Flores en su posición respecto al Cardenal Urosa es una muestra de lo que un régimen autoritario puede hacer sobre un individuo: la confiscación de su voluntad. Nadie puede dudar de la fidelidad de Cilia con el “proceso”, quizás por eso se permitió la licencia de ser sincera, cuando comunicó que la reunión con el Cardenal había sido satisfactoria: donde se aclararon malos entendidos y precisaron, con claridad, los desacuerdos. Esto pasa en democracia: respeto por el contrario; reconocer el derecho a disentir. Además, fue público y notorio el comportamiento y el lenguaje corporal de Flores y de otros dirigentes Chavistas, mostrando amabilidad con el interpelado, y seguramente reconocimiento por su investidura y por su coraje al mantener lo que antes había dicho, originando la molestia presidencial, y aquella triste sesión de la Asamblea, donde los diputados se esmeraron en descalificarle. Y, sin embargo, Urosa, “poniendo la otra mejilla”, se presentó en el corazón de la propia Asamblea. Pero ese civilizado comportamiento tuvo corta vida. Según Petkoff y Boccaranda, Cilia recibió una llamada de Miraflores donde le reclamaron su actitud conciliatoria y le ordenaron regresar al guión dispuesto por la propaganda, que no es otro que la confrontación. En vista de esto, la presidenta del poder (¿autónomo?) Legislativo, pecando de exagerada, aprobó una resolución, que seguramente le llegó en sobre amarillo, donde se exhorta al poder Ejecutivo a “revisar” la designación del Cardenal, como si de un empleado público se tratara. (¿Qué pensarán en el Vaticano?) Aquí hay dos cosas que merece la pena resaltar. Una, el predominio de la propaganda como elemento fundamental de la política del régimen. Dos, la promoción de la autocensura, como instrumento de apoyo a esa política: La propaganda gubernamental tiene una característica heredada del estalinismo, la manipulación de la realidad en base a la mentira. La televisión está llena de cuñas oficiales sobre el supuesto éxito de las empresas socialistas, que muestran líneas de producción de aceites, mantequillas, celulares, automóviles, café, etc, con la particularidad de que esos productos escasean en el mercado: no se producen, o su producción es ínfima. Lo de la oferta engañosa es tan cierto, que en las encuestas y en los “focus groups” comienza a aparecer, de manera nítida, que este es un gobierno que apela con frecuencia a la mentira en su comunicación con el colectivo. Esto desde hace tiempo es un convencimiento entre especialistas: los economistas no confían en las estadísticas del INE, BCV y de PDVSA; los criminólogos, de los datos delictuales; los sanitaristas de los indicadores de morbilidad, etc. Este gobierno no es transparente, vive en la opacidad. Como incontrovertible muestra de esta conducta están los casos FARC y Pdval. La autocensura es una forma pasiva de mentir, y es estimulada a través del miedo. La propaganda, como la entiende el gobierno, es una forma activa de mentir. Ambas como los filos de una tenaza se complementan y acechan al individuo para envilecerlo y lograr el colaboracionismo, o, en todo caso, neutralizarle políticamente, para que con el apoyo de una minoría seguir controlando el poder. Pero, no olvidemos aquella famosa frase: “se puede engañar a una persona todas la veces; a muchas personas algunas veces; pero no se puede engañar a todo el mundo todas la veces”; y, también, la celebre estrofa del Himno Nacional “…al bravo pueblo que el yugo lanzó.


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lunes, 2 de agosto de 2010

Ciudadano Común propuso a la MUD Estrategia para amarrar el voto el 26S. Por Wilmer Suárez. Informe Cifras


Organización política Ciudadano Común se incorporó a la Mesa de la Unidad y montó estrategia electoral de cara a elecciones parlamentarias

Caracas.- Una vez que ya se ha legitimado el proceso de selección de los candidatos de la oposición a las elecciones parlamentarias del 26-S, la organización política Ciudadano Común, CC, decidió incorporarse a la estructura mecánica del control y seguimiento electoral del voto de la Mesa de la Unidad, pese a que hasta hace poco tiempo eran partidarios de las elecciones primarias en un 100 por ciento.
En reunión sostenida entre el coordinador de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo y la dirección nacional de la organización, se establecieron las líneas de acción y comunicación que se implementarán en las próximas semanas en cada uno de los estados del país.


Habla la MUD:
Ramón Guillermo Aveledo destacó la importancia del encuentro que a su juicio contribuye a fortalecer la MUD. “La Mesa tiene que sumar a todos los venezolanos de buena voluntad, tanto a aquellos que han discrepado por mucho tiempo de las políticas que se tratan de imponer desde el poder, como a los que creyeron en este proceso y se han desencantado y, más bien están de regreso de esa ilusión”.
Dijo también que la decepción es un factor que ha aumentado entre los venezolanos que están en contra de las políticas que adelanta el gobierno nacional.
Ciudadano Común:
Por su parte Rafael Marín, secretario general del CC, explicó que no existe otra alternativa que no sea unir esfuerzos para derrotar a los candidatos del sector oficial con miras a obtener el mayor número de votos de la oposición para que se conforme la nueva Asamblea Nacional.
En este sentido, manifestó que “en este momento no es conveniente caer en el juego del adversario y centrar nuestra atención en las elecciones parlamentarias de septiembre y, de darse, sería absurdo porque tiende a deterior la necesaria unidad que debe exhibir la oposición frente al chavismo.
Formación de testigos:
Por su parte, Jaime Parra miembro de la dirección nacional de CC, señaló que más allá de incorporarse a la campaña electoral a la que están dedicados los cuadros de la MUD, su participación se basará en la coordinación de la formación de testigos, incorporación de los mismos a los procesos de formación y la logística necesaria por cada uno de los circuitos electorales.
“Lo más importante es que vamos a estar atentos al resguardo del voto y a la validación del mismo, por si aparece algún desaguisado el 27 de septiembre que no esté de acuerdo con los resultados, tener los recaudos en la MUD y poder aclarar con certeza jurídica cualquier situación”.


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LA RUPTURA. Por Victor Rojas.


Con la ruptura de relaciones entre Venezuela y Colombia, decidida por el presidente Venezolano, los líderes de ambos gobiernos lograron lo que buscaban.
Chávez consigue un escándalo que le permite distraer la atención de la opinión pública de los problemas domésticos (Pdval, escasez, inflación, inseguridad, etc.); con el mismo espectáculo también puede manipular consignas políticas a su antojo (dignidad, soberanía, oligarquía, imperialismo, guerras, magnicidio, etc.), para buscar la movilización de sus simpatizantes y tratar de detener la caída en su popularidad y la de sus candidatos a la Asamblea Nacional.
Uribe, a su vez, consigue plantear de manera altisonante su caso contra Chávez y sus lazos con la narcoguerrilla de las FARC y el ELN, ahorrándole ese trabajo a Santos, lo que hubiese sido incomodo para un gobierno que se inicia. Además, por esta vía asegura la continuidad de la estrategia militar antiterrorista desarrollada por su gobierno. En términos prácticos, para el lado colombiano las relaciones entre los dos países estaban rotas, lo que se hizo fue formalizar el status, para así tener la posibilidad de comenzar desde cero.
Pero esos triunfos parciales para los dos presidentes, son de orden táctico y no estratégico. Lo que deja sin resolver el problema de fondo, que es aclarar si es cierto, que los terroristas colombianos usan el territorio venezolano con apoyo oficial, como aliviadero para la planificación de acciones y el entrenamiento de cuadros nacionales y extranjeros. Y más aún, la posibilidad de establecer unas relaciones normales entre los dos países, asunto que reviste la mayor importancia para la región. A la larga, es el gobierno de Chávez quien lleva las de perder: como nunca va a aceptar una investigación independiente sobre las denuncias hechas, las dudas permanecerán en la comunidad internacional. Este nuevo caso añade detalles y viene a engrosar el expediente por su intervención en asuntos internos de otros países, y por sus vínculos con grupos terroristas como los Iraníes, ETA, Hesbola, Hamas, además de los mencionados ELN y FARC. Ningún gobierno interesado en el cumplimiento de las normas de convivencia internacional confiaría totalmente en una relación con un país que pueda, en un momento determinado, conspirar contra su sistema político. En el supuesto de que el gobierno de Chávez persista en el camino de promover, nacional e internacionalmente, el sistema comunista, su futuro sería muy parecido a la Cuba de Fidel: aislado, sumergido en un mundo de consignas patrióticas, fracaso económico, pobreza generalizada y represión; todo rodeado por un mar de propaganda llena de promesas futuras, exigencia de sacrificios y de logros simbólicos. Esa perspectiva es el motivo principal del desencanto del venezolano con este régimen que una vez fue su esperanza. Colombia, por su parte, mantendrá favorables índices de crecimiento y seguirá ampliando sus relaciones con el mundo. Así, mas temprano que tarde, cuando Chávez haya terminado su actual “puesta en escena” electoral, reanudará relaciones con Venezuela, pero sin grandes expectativas, pues mientras éste siga en el poder con su empeño ideológico, resulta un socio incomodo para establecer una relación estable, productiva y duradera. Según datos de última hora, pareciera que las maniobras de distracción implementadas por el gobierno (exhumación, magnicidio, Cardenal, Colombia) para imponer una agenda favorable a sus intereses electorales, no han tenido el éxito esperado, porque la opinión pública ha detectado una farsa en ellas; mientras tanto, siguen apareciendo alimentos podridos y vencidos, y la Unión Europea sanciona un banco del régimen, por sospechosas relaciones con otro de Irán. Siendo así, debemos estar preparados para un próximo truco: para no hacerle caso.



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