miércoles, 26 de agosto de 2009

JJ Ortega Weffe // Llegó la hora del Ciudadano Común

"...sin su participación, no es posible construir la Patria que USTED desea".

Los acontecimientos en Venezuela van siguiendo una lógica fluvial: si bien zigzagueante y sinuosa, sin embargo corriendo dentro de un cauce relativamente definido… y en el Delta de ese río, querido(a) amigo(a), irremediablemente está el Ciudadano Común… USTED.
En los hogares venezolanos los temas se suceden y reciclan en un vértigo de espiral: el dinero no alcanza para el mercado ni para nada más; la delincuencia agredió a fulano(a) anoche; otra vez las FARC; quieren ideologizar a los chamos para imponer un pensamiento único; el (des)gobierno nuevamente habla de guerra; cierre de emisoras de radio, ataque a Globovisión, la Ley CDM, etc., etc., etc.
Es casi un “deja-vu” de agónicos e infructuosos esfuerzos por apurar la “radicalización” del camino hacia el comunismo, con las inevitables contramarchas que involucra tratar de hacerlo en el seno de una sociedad de arraigados y actuantes principios democráticos.
Es hora de reventar ese círculo vicioso y transformarnos en hacedores, realizadores de nuestra propia profecía auto-cumplida. De proyectar y construir las condiciones que hagan del nuestro un país que, en estando en reconstrucción después de este desastre, nos genere nuevos retos a fuerza de haber resuelto los que arrastramos desde hace tanto tiempo.
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Los recientemente difundidos números de las encuestadoras dan cuenta de la creciente concienciación del verdadero proceso que se está desarrollando en nuestro país, por parte de la población.
En una infrecuente coincidencia temática y de resultados, las cifras de todas hablan de un debilitamiento sostenido y profundo de la aceptación del (des)gobierno por la ciudadanía, lo cual es harto explicable dada la más que infeliz e ineficaz ejecutoria de aquél por espacio de más de una década, en la que se han despilfarrado y robado la mayor cantidad de recursos monetarios de toda nuestra historia, logrando sólo que todos los problemas, antes que resolverse, se hayan agravado.
Pero -además y mucho más importante- hablan de un rechazo estructural por parte de la inmensa mayoría de la población, frente al objetivo político-socio-económico del (des)gobierno de convertirnos en un país similar a lo que para ellos, confesadamente, es el sueño del “mar de la felicidad”: la Cuba castro-comunista.
Lo anterior es francamente auspicioso; una excelente noticia, tomando en cuenta el enorme derroche de dinero, mentiras y tiempo que ha realizado el (des)gobierno para tratar de convencer al pueblo de lo contrario.

Hay, sin embargo, una lectura inquietante de las referidas encuestas: a pesar de lo descrito, las organizaciones políticas existentes no concitan el nivel de agregación que deberían en un escenario como el puntualizado.
Por razones que no es del caso analizar en esta Nota a profundidad, la población no se siente (o no se reconoce) motivada frente a los mensajes y actores políticos existentes y se mantiene apartada de ellos.
Pudiéramos, no obstante, ensayar un esbozo de categorización de algunas sinrazones que esgrimen parte de quienes ostentan esta conducta respecto de los Partidos:
a) Están quienes simplemente creen que los Partidos Políticos son un cáncer, una presencia indeseada para la Sociedad que es necesario erradicar.
b) Los que tienen claro que los Partidos Políticos son un mal necesario a los que hay que vivir criticando; no necesariamente porque se parta de la idea consciente de que no importa lo que hagan, esto siempre será malo -que no es cosa de nihilismos entre gente demócrata e informada- sino porque la experiencia histórica y el conocimiento humano demuestran que no importa lo que hagan, esto siempre será malo; y
c) Los que admiten que no hay Democracia sin Partidos Políticos; pero ¡que desgracia la de nuestro país! que nos tocó vivir con estos partidos palurdos que tenemos, cuando ¡en todos los demás países del mundo los hay tan buenos!
Y, podría encontrar al menos tres (3) modalidades más, pero creo que la anterior colección de despropósitos sirve para graficar el punto. Afortunadamente, la gran mayoría de los venezolanos no somos tan absurdos. Por supuesto que hay aspectos criticables en nuestros Partidos Políticos, como ocurre con toda obra humana; pero la necesidad de su presencia y fortalecimiento es una verdad de Perogrullo.
Ahora bien, independientemente de lo que pensemos de los Partidos, es un dato fáctico que frente a esa espiral dañina, cansina, peligrosa y fastidiosa de la que hablamos arriba, no hemos encontrado aún la puerta de salida del laberinto… y, más nos vale que nos pongamos en movimiento para hacerlo, so riesgo de que se nos vaya la vida sin ver el momento en que, en ese Delta, aunque el río sea muy manso, finalmente se enfrente al mar, como decía Alí Primera.
A fin de cuentas, la responsabilidad de lo que termine de ocurrir en Venezuela la tenemos los CIUDADANOS.
Sí. Usted, yo y los vecinos.
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En ese orden de ideas un grupo de venezolanas y venezolanos, de conciudadanos con amor por el país, conocimientos y experiencia en los asuntos públicos y, lo más importante: ganas de abrir puertas a la realización y vigencia del Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia para todos sin distingo, se está conformando con miras a dar su aporte y convocarnos a todos a dar el nuestro.
Ese grupo quiere ser un instrumento de realizaciones colectivas: pensando al país, proponiendo proyectos, organizando al pueblo, llamando a los más dispuestos de la sociedad en cada pequeño pueblo, en cada gran ciudad y en toda la geografía nacional.
Ya tendrá el (la) lector(a) noticias de ello y ojalá sienta empatía con el planteamiento.
En todo caso, se trata de una convocatoria para la lucha por el derecho a soñar con un mañana de bienestar, libertad, justicia social y dignidad para todos; por el derecho a vivir en un país dedicado a prosperar y crecer, donde el fruto del trabajo no sea “expropiado” ya por un abusador del (des)gobierno en cualquiera de sus niveles, ya por el hampa común; y que eso pueda decirse sin que nadie sospeche que sufrimos de esquizofrenia, esto es, de una patológica disociación de la realidad que nos atrape en una telaraña de “sensaciones” irreales.
Se trata de una convocatoria para lo grande y lo útil; siguiendo la enseñanza de José Ingenieros, quien en el mismo primer párrafo de “El Hombre Mediocre”, nos dijo:

Cita:
Cuando pones la proa visionaria hacia una estrella, y tiendes el ala hacia tal excelsitud inasible, afanoso de perfección y rebelde a la mediocridad, llevas en ti el resorte misterioso de un Ideal. Es ascua sagrada, capaz de templarte para grandes acciones. Custódiala; si la dejas apagar no se reenciende jamás. Y si ella muere en ti, quedas inerte: fría bazofia humana”.
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Más, si a USTED no lo convence la convocatoria que hará el referido grupo, no obstante le recuerdo que la obligación de luchar por un país mejor, libre, justo, próspero, digno y democrático, es de TODOS.
Agrémiese, organícese, ubique la organización o movimiento en que se sienta más a gusto y participe; si no hay ninguna que le satisfaga, cree una nueva; si no quiere participar directamente en un Partido Político, vaya a una ONG, así se trate -como ya he dicho en otra Nota- del Club de Amigos de la Iguana Macho… pero sin su participación, no es posible construir la Patria que USTED desea.
Llegó la hora del Ciudadano Común; el protagonista es USTED.