lunes, 31 de mayo de 2010

Vergüenza ajena. Por Rafael Marin Jáen




Ya no solamente se trata del dislate económico del régimen que ha colocado a un país por encima de la media de las economías latinoamericanas, en un proceso recesivo de casi un 6 por ciento, con una disminución del consumo brutal y el desplome de la inversión privada según datos del propio BCV. Destrucción del aparato productivo nacional que obedece según los genios ideológicos del régimen como Giordani, y el propio Chávez, al desmontaje del capitalismo criollo, sin percatarse que con ello hacen cada vez más dependiente a Venezuela del capitalismo internacional. Ya no solo se trata del control abusivo y autoritario de todos los órganos del poder público, de la represión, de la liquidación sistemática de la libertad de expresión. De la más escandalosa corrupción de toda la historia de Venezuela desde 1830 a esta parte, ni de la ineptitud en el manejo del cada vez más paquidérmico aparato estatal, en especial de los órganos que tienen que ver con la prestación de los servicios públicos, agua electricidad, salud, educación y un largo etc. Ahora se trata de la vergüenza ajena, íntima, dolorosa, de quienes aman a su tierra, y ven con bochorno y hasta con envidia, como países vecinos que hasta hace poco eran victimas de males cuasi endémicos en América Latina, como la violencia, el narcotráfico y la pobreza, han venido superando en un clima de gran consenso nacional sus dificultades. Las elecciones presidenciales de ayer domingo, en Colombia, son un ejemplo de civilidad y de decencia democrática. Mientras el palurdo de Sabaneta disparaba procacidades contra la clase política colombiana en aquel país una vez concluido el proceso electoral en tiempo record todos los candidatos en un lucido acto de inteligencia política y de unidad nacional se reconocían meritos unos a otros e incluso, quien de seguro resultara electo presidente en la segunda vuelta electoral en el próximo mes de junio, el señor Juan Manuel Santos en su discurso de agradecimiento no solamente tendía la mano a los contrincantes de la recién culminada contienda electoral sino que lo hacia también al resto del liderazgo del continente incluida Venezuela, esas son las diferencias entre un estadista que está obligado a preservar los intereses de su país y a trascender con coherencia en el ámbito internacional y esas fantasmales figuras caudillezcas, como surgidas de Macondo, nos recuerdan que la barbarie latinoamericana todavía tiene que ser sepultada por un gran movimiento civilizatorio. Ese ejemplo de Colombia nos obliga aún más con nuestra deprimida patria, a la que en vez de construirle escuelas y hospitales le compran la chatarra armamentística sobrante de la guerra fría, a la que en vez de convertir en un país de propietarios se la pretende convertir en una sociedad de mendigos, a la que en vez de convertir en una patria soberana frente a las superpotencias se la convierte cada vez mas en una colonia ideológica de la más atrasada dictadura comunista del mundo, Cuba. A la que, en vez de convertir en un país productivo se le cierran sus empresas y se arrojan a la calle a miles de venezolanos convertidos en depauperados desempleados. Ese es el tipo de ciudadanos y de sociedad que requiere esa visión nebulosa y aún no explicada por inexplicable que huele más a antigualla stalinista que a lo que su nombre pretende, Socialismo del siglo 21. Ya basta de tanta tolerancia pasiva por no decir que indolencia. Ya basta de esperar que los demás hagan lo que nosotros mismos deberíamos hacer. Ya basta de creer que es imposible salir de este hibrido de morrocoy con dinosaurio que es la dictadura chavista y ya basta de que la clase política democrática se conforme con las migajas y pellejos que el régimen arroja para mantener conformes y tranquilos a quienes solo quieren cuotas de poder. Llegó la hora de “Vuelvan Caras” a la dignidad nacional y a los grandes episodios de nuestra propia historia. Llegó la hora de la verdadera unidad nacional para rescatar entre todos la libertad democrática, la justica social, el progreso económico, la eficiencia administrativa, la honestidad en el manejo de la cosa pública. La verdadera independencia nacional y el orgullo de ser venezolano.




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viernes, 28 de mayo de 2010

Por Rafael Marin Jáen




CIUDADANO COMÚN, tomó la decisión de incorporarse a la campaña de los candidatos electos en las 15 circunscripciones donde se celebraron elecciones primarias de la oposición, se trata de un gesto de consecuencia con nuestra tesis original de promover en la totalidad de la geografia electoral venezolana, el mecanismo de elecciones primarias por ser el más democrático, menos costoso, más eficiente y motivador. Lamentablemente la mesa de partidos no escuchó razones y escogió un mecanismo que a nuestro juicio, no es la mejor demostración de nuestro talante y compromiso democrático, peor aún, ese mecanismo dedocrático es una práctica anti democrática y anti unitaria. Sin embargo, decidimos también dejar en libertad a nuestros simpatizantes en toda la geografía nacional para que en aquellos circuitos donde no se hicieron primarias de la oposición, sufraguen por los candidatos de su simpatía igualmente hacemos un llamado a la colectividad democrática a concurrir masivamente a las mesas de votación el 26 de septiembre con la decisión irrevocable de derrotar electoralmente a la dictadura chavista. También queremos dejar perfectamente claro que para bien o para mal, la responsabilidad de lo que le acontezca a la oposición el 26 de septiembre es exclusiva de la mesa de la unidad democrática. Y como incluso de los errores se extraen enseñanzas queremos desde ahora anunciar la creación de un centro orgánico de concentración democrática que operaria en todo el país como el instrumento de promoción, organización y realización de las elecciones primarias para las elecciones de concejales y juntas comunales que deben celebrase a final de este año o el transcurso del que viene y cumplirá igual tarea en cuanto a la selección de candidato presidencial y de los candidatos a gobernadores del 2012 que postule la oposición parta enfrentar al chavismo. Queda claro que los errores y arbitrariedades cometidos por la mesa en el proceso de elección de candidatos a la asamblea nacional pasarán a la historia como la ultima dentellada del caudillismo cogollérico reunido en la mesa. De ahora en adelante y conforme a la Constitución todas las selecciones deben hacerse a través de elecciones primarias. Si comenzamos a actuar desde ya en la creación de este centro de concentración democrática estoy seguro que capitalizaríamos a la gran mayoría de venezolanos que desean salir de la pesadilla chavista y construir entre todos un futuro armónico de paz y de esperanza para la presente y futuras generaciones.




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miércoles, 26 de mayo de 2010

CIUDADANIA. Por Victor Rojas


Sin duda alguna, y por decir lo menos, a Chávez se le está yendo el país de las manos. La crisis económica patentizada por una caída de casi el 6% en el PIB trimestral, es sólo la punta de un iceberg cuya dimensión es muy difícil de calcular. Pues no sólo son los problemas de la economía, con sus directas consecuencias en la producción y el empleo; sino lo que ocurre con los servicios públicos, la salud, vivienda e infraestructura y la principal queja colectiva: la inseguridad personal.

La brutal e inconstitucional arremetida contra la empresa privada y otras instituciones, está llevando a los límites de aguante de la sociedad venezolana, incluyendo aquí a parte importante del chavismo, que no ve ninguna virtud en las acciones destructivas promovidas desde el gobierno.

Al principio, cuando comenzaron las expropiaciones, bajo el anacrónico concepto de que eran empresas estratégicas y algunas estaban en manos extranjeras, contó con el apoyo de ciertos sectores, que por prejuicios ideológicos compartían esas iniciativas, bajo la creencia de que así funcionarían mejor. De la misma manera, consiguieron el beneplácito de grupos de trabajadores, que pensaron que pasarían a ser dueños de las empresas y por ende tratados con mayor justicia. Pero ni lo uno ni lo otro; ni funcionaron mejor, ni los trabajadores fueron mejor tratados. Todo lo contrario, ahora están en condiciones desmejoradas.

La situación se tornó más critica cuando quedó al descubierto que el asunto no era porque las empresas eran estratégicas o estaban en manos extranjeras, sino sencillamente porque eran privadas, y el catecismo fidelista abomina de este tipo de propiedad, por aquello de la explotación del hombre por el hombre y de la plusvalía. Según esa creencia la propiedad tiene que ser del Estado, sin importar si funciona bien o mal, pero del Estado. Dirigidas no por expertos, sino por gente de confianza del régimen. Con ese tipo de exigencia lo más seguro es que todo funcione mal, y así ha sucedido con funestas consecuencias para la producción y los niveles de empleo .Ahora la gran mayoría de los productos tienen que importarse.

En las últimas semanas la orgía de expropiaciones se ha incrementado. Pero está sucediendo un hecho singular, quienes con mayor énfasis protestan las medidas no son los dueños, sino los trabajadores; los sindicatos, o sea: el pueblo. Por quien supuestamente se está haciendo la revolución. El pueblo no la quiere, prefiere a sus empresas. Por citar solo tres ejemplos recientes: ocurrió en hipermercados Éxito, en la hacienda La Carolina y ahora con Polar.

Aquí hay lecciones que registrar: cuando existe una empresa bien gerenciada, que capacita y remunera bien a sus trabajadores, además de garantizar para él y su familia posibilidades ciertas de progreso, no hay revolución que valga, porque ellos están bien y tienen esperanzas de estar mejor. Usualmente, son empresas hechas con tiempo, nada que ver con el empresario improvisado, favorecido por el gobierno, que piensa en una riqueza súbita. Las verdaderas empresas maduran y generan beneficios para sus dueños, trabajadores, y lo que es más importante para el país. La lección es valida tanto para el sector público como el privado. Es el mejor antídoto contra la demagogia populista.

Pero aún hay algo más importante. Cuando estos trabajadores se expresan, lo hacen en nombre de sus derechos: el derecho a la vida, al trabajo, a la propiedad, a la educación de sus hijos. Saben que cumplen con sus deberes: pagan impuestos y cumplen con las leyes. Uno de ellos, entrevistado en plena protesta, sentó cátedra. En su lenguaje sencillo, dijo, más o menos lo siguiente: que ellos eran ciudadanos que tenían deberes y derechos, que cumplían con unos y querían disfrutar de los otros. El gobierno, por el contrario, quería controlarlo todo, exigiendo demasiado, y en el trayecto incumplía con sus deberes primordiales: el hampa estaba desbordada; sufríamos de chagas, dengue; vivíamos con inflación y escasez, y por allí siguió.

Estos ciudadanos son hijos de la democracia y aspiran a seguir viviendo en ella, y se oponen a un Estado despótico, militar y absolutista, que limita sus posibilidades de desarrollo en libertad.

Ese testimonio, es la mejor muestra del fracaso de la revolución bolivariana.

sábado, 22 de mayo de 2010

A finales de la semana pasada... Por Victor Rojas.


A finales de la semana pasada, entre las tantas cosas que pasan en este país ocurrieron dos de ellas, que inquietaron de forma inusitada a la opinión pública nacional

Una, los intercambios de simpatías entre el señor presidente y los gobernadores de la oposición; otra, el final de esa breve luna de miel, cuando menos de 24 hora después, los 140 caracteres de un twitter sacaron de sus casillas al teniente–coronel, y lo regresó a su habitual mundo de improperios y encontronazos.

El evento en cuestión ocurrió en la instalación del cuestionado Consejo Federal de Gobierno, cuando Chávez en sus palabras de apertura derrochó simpatías hacia sus enemigos opositores, a quienes en reiteradas ocasiones ha amenazado con la pulverización, bajo la consigna guerrera de que no hay reconciliación posible entre los venezolanos. Los opositores ante tales arrumacos respondieron con buenos modales.
El único canal que transmitió fue la emisora oficial, y como correspondía a una estrategia bien montada, las escenas que salieron al aire fueron las que favorecían a la propaganda gubernamental.
Se sabe de buena fuente que Chàvez no iba a asistir, pues según el reglamento a quien le corresponde presidir al susodicho consejo es al vicepresidente. Pero, contrario a sus cálculos, la oposición decidió presentarse, y convencido por sus asesores criollos apareció en el evento. Esto contravino el criterio de los cubanos
La opinión de los criollos se sustentaba en las encuestas que se manejan en palacio. La ocasión se presentaba insuperable para refrescar un poco la pesada imagen del incansable agitador; y si se actuaba con astucia, era una oportunidad para presentar a los opositores como susceptibles a ser seducidos por los encantos del líder único.
El objetivo, para amargura de los caribeños, se logró. La gente que vio los noticieros de la noche estaba estupefacta. Asombrados los chavistas. Sorprendidos hasta el desengaño los de la oposición. La cara de Morel, la mano extendida de Capriles, los gestos explicativos de los Pérez: no eran otra cosa que un armisticio. La impostura de Chavez: generosidad en la victoria.
El engaño pudo ser perfecto si no hubiera sido por unas tomas de Henri Falcón, donde se notaba distante y receloso, y la ausencia de Salas Feo; también, si a la jefa de Caracas no se le hubiera ocurrido convencer a Jaua de no invitar a Ledezma, pues temía que una intervención del alcalde la fuera a poner en evidencia. Esto permitió al impedido, protestar fuertemente, a las puertas del palacio, por el atropello cometido en su contra.
Más de la mitad del país se sintió decepcionado. Mientras otros, inducidos dentro del esquema fascista amigo-enemigo, aunque algo confundidos, se dejaron llevar por la propaganda y disfrutaron de un nuevo triunfo del invencible líder
Amaneció, y en la mente de la mayoría, persistía como una pesadilla, aquellas sonrisas de entrega. Era domingo, y algunos pensaban que era mejor comenzar a acostumbrarse a ver el “alò presidente”.
Desde que Chávez decidió incorporarse al twitter, los diestros servicios de inteligencia tienen más trabajo. Tuvieron que incorporar 200 nuevos agentes para atender las miles de quejas que le escriben al comandante; y de paso, revisar lo que escriben los jefes pitiyanquis y vendepatrias. Hacían su trabajo esa mañana. Y…….. ¡bingo! lo encontraron: el burguesíto Capriles había osado escribir en su twitter un mensaje denunciando el sectarismo chavista, cuando al designar la coordinación del consejo no incluyeron a ningún representante de la oposición.
El comisario de guardia informó al comandante del escuálido atrevimiento. Este al percatarse de la deslealtad montó en cólera. ”Malagradecidos… se les deja entrar, y no hicieron sino criticar y reclamar….cada uno habló mas de una vez, solo para exigir supuestos derechos y recursos…son unos interesados”
Apenas comenzó el programa, denunció a esos gobernadores como unos aprovechadores, que no querían a la patria, que había que exterminarlos, y convocó a sus seguidores a barrerlos el 26 de septiembre.
Los asesores criollos no lo podían creer. Mientras los cubanos veían con satisfacción el fortalecimiento de la línea dura. La estrategia del amor y la amplitud se había derrumbado.
Por cierto, es bueno recordarle a la opinión pública opositora, que los espacios en política no se abandonan. Si los gobernadores pertenecen a un cuerpo donde se toman decisiones deben asistir, aunque sólo sea para reclamar y exigir. Acuérdense lo que le ocurrió a la oposición por no presentarse a las elecciones de la Asamblea Nacional. Por otro lado, todas las encuestas reflejan el reclamo de un gran sector del país por una reconciliación nacional. La estrategia de Chávez de sembrar odio y resentimiento para perpetuarse en el poder ha fracasado. Se espera un encuentro, con miras al futuro, entre los sectores democráticos del chavismo (sin Chavez) y los progresistas del campo opositor.
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miércoles, 12 de mayo de 2010

SEVICIA Por VICTOR ROJAS


El diccionario define la “sevicia” como: una acción ejecutada con crueldad extrema.

Se ha dicho en reiteradas oportunidades que uno de los recursos que el régimen usa para imponer su proyecto de control político es el miedo. Con la siembra de este sentimiento trata de intimidar a los sectores que pretende someter. Así lo hace con la sociedad civil, la dirigencia política, los empresarios, los medios de comunicación, los funcionarios públicos, los militares, las universidades, etc. El miedo lo aplica como amenaza contra la sociedad; y para probar sus intenciones, ordena sistemáticamente arbitrarias sanciones contra individualidades de cada uno de los grupos que la integran.

En los últimos tiempos ha arremetido contra Zuloaga: medios de comunicación; Afiuni: funcionario público; Álvarez Paz, Azuaje y Falcón: políticos;
Baduel: militar; Polar: empresariado. Y ahora, el caso de Diego Arría. Expropiación ejecutada con particular perversidad.

Arría en el pasado fue un destacado político, quien resaltó por ser un funcionario eficiente, honesto e innovador. Se desempeñó como Gobernador de Caracas, Ministro de Información y Turismo; y, con posterioridad, Embajador en la ONU donde asumió la presidencia rotatoria del Consejo de Seguridad. Luego, fijó con su familia residencia en Nueva York, y designado por el Secretario General del organismo mundial Sub. Secretario; con ese carácter, participó como enviado para la solución de varios de los más agudos conflictos que en esa época aquejaban al mundo.

Arría es un hombre culto, hábil en el manejo de los medios de comunicación y empresario emprendedor. En este último rol, fundó una finca en el estado Yaracuy, la cual, en poco tiempo, se convirtió en ejemplo por su belleza y productividad.

Belleza y productividad, dos cualidades que parecieran estar reñidas con los valores de la “revuelta” chavista. Basta con recordar lo que hicieron con el museo fundado por Sofía Imber, la destrucción del Ateneo de Caracas y el deterioro del Metro,

La estética del chavismo está marcada por la procacidad de las intervenciones del teniente-coronel, del programa la Hojilla, y esos murales patrioteros de colores chillones que ensucian las paredes de la ciudad. La productividad del régimen se mide por la ineficiencia, el despilfarro y la corrupción, todo justificado por la ética contenida en la frase “el fin justifica los medios”.

La finca de Arría, estética y éticamente es todo lo contrario a lo que significa el chavismo. Los trabajadores, quienes se sienten sus dueños, son los primeros en denunciar el atropello de la perversa expropiación; algo igual ocurre con los empleados de la Polar, similar también a lo que vimos con los de la cadena de hipermercados Éxito.

El gobierno avanza en su plan de destrucción nacional, para establecer sobre las ruinas, una hegemonía a la cubana. Pero pareciera no notar, que cada acción genera una reacción. Por cada arbitrariedad intimidatoria dirigida a un sector social y a sus individualidades, se multiplica la resistencia al régimen.

Lo que resulta curioso, es que el gobierno en su siembra de miedo y de sus actos cargados de sevicia, está cubriendo a Venezuela de voluntades dispuestas a enfrentarlo, para una vez conseguida su derrota poder regresar a la senda de la libertad y la democracia; del progreso y el desarrollo.

¿Torpeza o cálculo? Sus últimos intentos intimidatorios han lanzado al centro de la contienda política a Falcón, Álvarez Paz, y ahora Arría. Presencias que van en contra de la predica gobiernera de que en la oposición no hay gente capaz de ejercer un liderazgo para propiciar un cambio.


¿Calculo? ¿Inspirado en la frase “divide y vencerás”?. No se, si se habrán dado cuenta, que en el campo democrático ha progresado la madurez y a la hora de escoger a un líder, para la contienda final, tendrá que hacerlo por el método de las primarias: garantía de unidad… y de allí el triunfo.





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lunes, 10 de mayo de 2010

¿A las cuántas vueltas se echa el perro? Por Jesús J. Ortega Weffe.





Y, frente a este panorama, muchos se hacen la inevitable pregunta: “¿Pana, hasta cuándo?”




Uno de los recuerdos de mi infancia margariteña es la pregunta del título; la que hacía compañía a otras igualmente ingeniosas y de difícil respuesta como la del color que podía tener el caballo blanco de Bolívar o la adivinanza sobre aquello que oro parece, pero plata no es. Quien se dedique a observar a cuanto ejemplar canino se le atraviese, reconocerá, en efecto, que antes de echarse dan vueltas, pero alguna vez sólo dan una, otras dos, a veces tres, a veces más… lo que cambia a placer –desde luego- a la siguiente oportunidad.

Una de las cosas a tomar en cuenta por quien quiera ponerse a diagnosticar futuros escenarios socio-políticos es tal pregunta. Nos explicamos:

Es increíble el bochornoso espectáculo de ineficiencia y corrupción que durante once (11) años los venezolanos hemos observado y padecido por parte del (des)gobierno. Por el desagüe del personalismo y la incompetencia se han ido alrededor de 970.000 millones de dólares, con el lamentable saldo de un aparato productivo cada vez más mermado, con magra oferta de bienes y servicios, mientras tales dineros se dedicaron al bonche del grupo en el poder y de sus chulos extranjeros; con entrega incalificable no sólo de las riquezas del país, sino hasta del honor nacional.

Hemos verificado un sometimiento de la FAN simplemente inimaginable hace tan sólo una década, aparejado con su creciente encuadramiento en una determinada ideología política (de destrucción social, para peor) que incluye la inscripción de algunos de ellos con importantes funciones como elementos activos de aquella, en la nómina del partido de (des)gobierno, en contra del contenido de las normas constitucionales que juraron defender al acceder a la condición de oficiales.

La miseria y el hambre del pueblo, la inseguridad que campea al abrigo de la impunidad para los asesinos (no es condenado el 97% de los autores de homicidios que ya sobrepasan los 130.000 en estos años), muchas veces agenciada desde los mismos órganos que debían combatir al hampa; el desempleo, la escasez de vivienda y el desabastecimiento, son parte también del sello personal de la labor (¿?) de quienes han tenido en sus manos la dirección de la gestión pública en este calamitoso y largo lapso.

El desencuentro, el resentimiento, el odio, la segregación por causa de la ideología política como política de Estado; la admiración hacia grupos al margen de la Ley y narco-terroristas, públicamente pregonada para luego perseguir a quienes la denuncien; la asociación embobada y genuflexa con cuanto régimen forajido existe en el planeta Tierra, mientras se abusa de un lenguaje soez y de desplantes ditirámbicos e insultantes frente a los Jefes de Estado y de Gobierno del mundo civilizado y democrático que osen tener una posición de ligera crítica frente al atropello a las libertades en Venezuela o, simplemente, se erijan en defensores de la democracia en sus propios países en desfavor de las veleidades intervencionistas del régimen de Caracas; el armamentismo, la intención de convertir a la sociedad en una caterva de sapos dispuestos a chismear la malquerencia de cualquier mortal hacia el “líder máximo” y su camarilla, comenzando ruinmente por quienes son más vulnerables: los niños; han sido también signos de los tiempos.

La reimplantación de la existencia de presos y perseguidos del régimen por causa de su forma de pensar; la reaparición de males y endemias ya erradicadas, la más reciente de las cuales es el mal de Chagas y el colapso de nuestro sistema de salud que ya venía maltrecho; la desatención de la recolección de la basura con directa influencia en lo anterior; la depauperación del mobiliario urbano, han pretendido asimismo imponerse como una parte del paisaje.

Otra de las vergüenzas que nos ha tocado observar es la claudicación y sumisión de los responsables de los órganos del Poder Público ante una sola voluntad, dando ejemplos ignominiosos de vulneración de la Constitución y la Ley, sólo para –confesadamente- complacer los Dictados del jefe del proceso, en cuyas volubles e improvisadas decisiones termina por descansar la vida, libertad y hacienda de todos los habitantes de nuestro maltratado país, por causa de este sometimiento de aquéllos a cuyo cargo debía estar justamente el servir de contrapeso a favor del Estado de Derecho, en contra de la arbitrariedad.

Por supuesto, de todo lo expuesto (y lo omitido) el culpable es siempre otro: “Yo no fui” es el lema favorito de la irresponsable camarilla (des)gobernante.

Y, frente a este panorama, muchos se hacen la inevitable pregunta: “¿Pana, hasta cuándo?”

En una estupenda entrevista realizada la semana pasada, Diego Arria decía una gran verdad: después de la caída del Muro de Berlín, muchos han escrito sobre sus pormenores, causas y consecuencias; pero no hay una sola línea escrita anticipándolo. Las respuestas sociales sólo pueden predecirse muy precariamente.

Así pues, la respuesta a la sabia pregunta del título es: a la última. Nunca antes.

Sin embargo, desde luego, las condiciones para el rechazo popular frente a una gestión de políticas públicas tan perjudicial, opresiva, errática y deficiente, a condición de no tratarse de una sociedad de masoquistas, pueden ser evaluadas antes de que se desencadene su expresión concreta.

Hasta ahora, hay explicación para el mantenimiento en el Poder del grupo que nos desgobierna, tanto por su propia actuación como por la de quienes han dirigido lo que llamamos la Alternativa Democrática. Pero, el caos y la depauperación del país son tan grandes y la oportunidad de desarrollo que se ha desperdiciado es tan inmensa, que es imposible, aunque sin fecha ni hora anticipada, no ver las condiciones para el descontento en la población venezolana.

Considerando la frase que se atribuye a Víctor Hugo sobre que “no hay nada tan poderoso como una idea cuyo tiempo ha llegado”; pareciera que, como cantó Serrat, “corren buenos tiempos para la gente marchosa”.

Por encima de los desvelos absolutistas del régimen y de los errores de algunos dirigentes de la oposición, más tarde o más temprano se impondrá la indeclinable voluntad del pueblo venezolano por resguardar su libertad y su democracia. Pero será cuando éste lo decida. Nunca antes.




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ESCAPE HACIA LA LIBERTAD.


El 20 de marzo de 1991 despegaba de suelo cubano el mayor Orestes Lorenzo en un caza MIG-23, el avión más moderno de la Fuerza Aérea Cubana.

A toda velocidad y a baja altitud cruzó en menos de 10 minutos los 150 km que separan Cuba de los Estados Unidos. Como iba casi a ras de mar, ni los radares cubanos ni los norteamericanos advirtieron su presencia, por lo que pudo aterrizar sin problemas en la estación aeronaval de Boca Chica, en los Cayos de la Florida.

Orestes solicitó asilo en Norteamérica, y una vez superados los interrogatorios a los que fue sometido, recibió el estatus de refugiado político.



La deserción de Orestes Lorenzo fue una bofetada en la cara del régimen castrocomunista. El mayor Lorenzo era uno de los pilotos de élite de la fuerza aérea. Veterano de la Guerra de Angola, había realizado dos estancias de entrenamiento en la Unión Soviética. Fue durante la última de ellas, ya con la perestroika de Gorbachov en marcha, cuando Orestes empezó a cuestionar el régimen comunista y su vida en Cuba. En la Unión Soviética se empezaba a destapar el colapso del sistema y soplaban vientos de libertad.

A su regreso empezó a planificar su deserción, con la esperanza de que una vez en Estados Unidos, su esposa Victoria y sus dos hijos pudieran reunirse con él.

Luego de fugarse en el avión y ya en calidad de refugiado, reclamó la salida de su familia de la isla, pero se topó con la negativa de Raúl Castro, en ese entonces Comandante de las Fuerzas Armadas.


Castro de ninguna manera permitiría salir de Cuba a la familia de un militar de élite que había traicionado la confianza depositada en él y había puesto en ridículo al régimen.

Orestes entonces recurrió a la comisión de derechos humanos de la ONU, sin resultado alguno. Coincidiendo con la cumbre Iberoamericana celebrada en Madrid en 1992 con la presencia de Fidel Castro, realizó un acto de protesta encadenándose a las verjas del Parque del Retiro. La Reina Sofía que guardaba una buena relación personal con Castro, realizó gestiones personales para lograr la salida de su esposa y los dos niños de Cuba. Incluso el asunto llegó hasta el despacho de Mijaíl Gorbachov.

Todo aquello fue infructuoso. Raúl Castro, a través de su asistente personal le hizo llegar la respuesta a Victoria:

"Dígale a su marido, que si tuvo los cojones para llevarse un avión, que los tenga también para venir a buscarles personalmente..."


Orestes Lorenzo llegó al punto de publicar una carta abierta a Fidel Castro en el Wall Street Journal en la que ofrecía presentarse a juicio en Cuba si se permitía a la esposa y los niños viajar a Estados Unidos. Tampoco hubo respuesta.

Orestes pidiendo la liberación de su familia en una manifestación en NY

Ante las escasas perspectivas de sus gestiones internacionales, la desesperación hizo presa en el ex militar cubano. Decidió entonces que si no tenía éxito de manera pública, iría él mismo a sacar a su familia de la isla.

Conocía los aviones rusos, pero tenía que entrenarse en modelos convencionales occidentales.

Consiguió la licencia de piloto deportivo en poco tiempo y con $ 30.000 prestados por una organización humanitaria de exiliados cubanos, adquirió una vieja avioneta bimotor, Cessna 310, en regla.

A través de un par de amigas mexicanas que viajaron a Cuba, hizo llegar secretamente a su familia la fecha, el lugar y la hora exacta donde debían esperarlo para el rescate que había puesto en marcha.

El día elegido fue el 19 de Diciembre a las cinco de la tarde. Despegó desde un pequeño aeroclub cercano a Miami, advirtiendo de que si no regresaba en el plazo de un par de horas, lo diesen por muerto.

Carretera cerca de la playa "El Mamey", lugar del encuentro


Volando a muy baja altura (2 metros sobre el océano para evitar los radares), la nave se aproximó a la isla al atardecer, a la angosta carretera frente a la playa El Mamey, muy cerca de Varadero, a unos 150 kilómetros al este de La Habana. Mientras tanto su esposa y los niños que esperaban en la carretera según lo acordado, escucharon el ronroneo del motor y vieron el aparato.

Lo que Lorenzo no había previsto en su minucioso plan fue que a esa hora la carretera estaba transitada. El escenario no podía ser peor, porque en el tramo previsto para el aterrizaje coincidieron un auto, una rastra, un autobús con turistas y una gigantesca piedra en medio de la vía.

Balanceando las alas, el piloto casi rozó el techo del auto, tocó tierra y se detuvo a ocho metros del autobús con los turistas petrificados en sus asientos y los ojos a punto de salírseles de las órbitas.

Casi dos años después de la separación, Lorenzo vio aparecer a su familia corriendo frente al avión. En la carrera, Alejandro, el menor de los niños, perdió un zapato.

Para evitar una tragedia con las hélices y preparar el despegue, giró el aparato en U y abrió la portezuela de la cabina. Todo en menos de un minuto.

Orestes logró despegar pero adentro del avión el miedo hacía su trabajo. Vicky tenía la vista fija en el cielo temiendo que aparecieran los cazas cubanos. Rezaba. En un momento rodeó con los brazos a sus dos hijos y les tapó los oídos para que no oyeran si ocurría lo peor. Los niños estaban asustados, confundidos, lloraban. Solamente cuando la aeronave traspasó el paralelo 24, límite del espacio aéreo de Cuba, la tensión aflojó un poco.

Casi una hora más tarde, la nave aterrizaba de vuelta en la Florida.




La familia de Orestes Lorenzo luego de aterrizar en Estados Unidos


El revuelo mediático que causó la hazaña de Orestes fue tremendo, ya que por segunda vez había hecho quedar en ridículo al régimen castrista. En la primera rueda de prensa dijo:
"Díganle a Raúl Castro que le he tomado la palabra y he ido personalmente a recoger a mi familia"

En la actualidad Orestes es un próspero empresario que maneja su propia constructora en Miami, algo que en Cuba jamás lo hubiera podido hacer.


Fuente:http://sentado-frente-al-mundo.blogspot.com/2010/04/escape-hacia-la-libertad.html


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jueves, 6 de mayo de 2010

MUSEO Por VICTOR ROJAS.



La comitiva se aproximaba al poblado, ubicado en medio de la ardiente sabana. La gente estimulada por el reparto de algunas “cajitas felices” y suficientes refrigerios, rodeaban la remodelada casa, ahora enrejada, ya que los guardas caribeños consideraban que la casa natal de tan ilustre camarada no podía estar sin ninguna protección.Las señas y gestos de los uniformados de mayor jerarquía anunciaban que el esperado momento había llegado. Un animador de barra comenzó a aplaudir con manos y brazos encima de su cabeza y de inmediato la gente irrumpió a dar vivas y a correr hacia donde venía la caravana. Para sorpresa de todos, del primer carruaje, una especie de unidad de combate, se bajaron el ilustre homenajeado y su no menos ilustre invitado. La fiesta había comenzado.Los anillos de seguridad se dispusieron a iniciar su trabajo, aplicando, al principio, comedidos empujones para los que, papelitos en mano, trataban de acercarse al antiguo vecino. Luego, sin miramientos, abrieron camino a los jerarcas para que pudieran aproximarse a la vivienda.La casa, bien plantada, había sido construida por lo que antes se llamaba el Banco Obrero, después INAVI. Instituciones del pasado que sí fabricaban viviendas para las clases necesitadas. El padre del ilustre camarada, en su época maestro de escuela, había conseguido un crédito, que pagó en cómodas cuotas, y así la humilde familia tuvo un hogar donde asentarse. Allí nació HugoLos jefes al fin pudieron entrar; mientras la gente, mas sosegada, se dispuso a disfrutar del obsequio. En ese momento, pudo notarse al invitado dirigirse al otro, con gestos recriminatorios, señalando las cajitas de pollo que estaban repartiendo, elaboradas por una franquicia muy conocida. Sin embargo, todo continúo como si nada.La casa, mantuvo su sencillez a pesar de la refacción hecha por técnicos bielorrusos, según metodología para hacer frente al crudo invierno de su país. Estos trabajos estuvieron amparados por uno de los 100 acuerdos firmados entre nuestro gobierno y el del ilustre hermano Lukachenko.El interior de la casa estaba un poco obscuro; no obstante, se podían ver en las paredes las fotos de algunos antepasados: abuelos, bisabuelos. Respecto a uno de ellos, que montaba a caballo, hubo una disertación de casi una hora. El visitante, abrumado por tanta historia familiar, señaló hacia un ángulo donde estaba un cuadro del Libertador, y suponemos que por estar en la sección de los parientes, preguntó si éste también era de la familia, y el homenajeado, con humildad, respondió que eso se estaba investigando.De allí, pasaron a un cuarto, donde había una especie de catre con una colchoneta y al lado una mesita con una foto de Fidel. El homenajeado señalando al líder caribeño, dijo con orgullo, que todo esto era su idea y recordó que con voz profética había dicho que serían miles de miles las personas que por aquí pasarían. Debajo del catre, habían dos pares de alpargaticas: una amarilla y la otra azul. Falta un par, comentó incomodo el homenajeado… Al otro lado, había una cesta de mimbre, donde estaban una pelotica de goma, un guante infantil de béisbol, un bate pequeño y una gorra del Magallanes. El visitante fue a encender la luz para poder disfrutar del conmovedor momento, pero no había electricidad. “Así pasó en palacio”, murmuró el homenajeado, con amargura: son cosas del “niño”.Fueron a otra habitación contigua. Allí había una cama más grande, sin duda la pieza de los padres. En un baúl que el visitante se atrevió abrir, habían unas banderitas verdes, unas maracas de plástico del mismo color y un par de fotografías de hombres con bandas presidenciales “¿A ver?” dijo el curioso: Páez y Carlos Gardel. El homenajeado con expresión paranoica, miró a un ayudante y exclamó con ira: ¡pitiyanquis, apátridas! “la intriga mediática e imperialista, que dice que los viejos son copeyanos”De mal humor, el personaje trató de apurar el recorrido. Quería ir a la cocina donde se preparaban las “arañas”, pero el visitante le susurró algo al oído, y no le quedó más remedio que señalar una puerta. Al rato, el invitado regresó y volvió a decirle algo. Esta vez no se aguantó y gritó: ¡que cómo era posible que no se les hubiera ocurrido poner un balde de agua en el baño!La visita al museo acabo precipitadamente. Caminó hacia la caravana, pero los escoltas no estaban. En un pequeño descuido, les habían robado el armamento y los wokitoquis. Los funcionarios perseguían a los malandros del barrio, para recuperar el equipo sustraído…-0-Por supuesto, que lo relatado tiene mucho o algo de ficción. Pero lo que quiero transmitir es: que la casa natal del comandante convertida en museo; y una estatua en su honor levantada en un pueblo de Mérida, son preocupantes muestras del culto a la personalidad al que esta sociedad está sometida



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lunes, 3 de mayo de 2010

La “sustitución”. Por J.J. Ortega Weffe.
Pues, bien, yo, modestamente, propongo otra "sustitución"...





Hace unos meses desde “Ciudadano Común” AC, alertamos sobre las posibilidades de manipulación del contenido del artículo 67 constitucional por parte del (des)gobierno, con miras a desconocer un triunfo el 26/S de los actores que finalmente integraran la propuesta de la Mesa de Partidos a la elección de la Asamblea Nacional, en caso de que –como ha ocurrido- no se hicieran primarias generales para escoger los candidatos en todos los circuitos y en las respectivas listas. Ello, en virtud de que tal norma establece que tanto los organismos de dirección de las organizaciones políticas, como “sus candidatos o candidatas a cargos de elección popular, serán seleccionados o seleccionadas en elecciones internas con la participación de sus integrantes”. La incoación a la fecha de al menos dos (2) recursos ante el TSJ, tomando la citada disposición como base, no ha hecho sino ratificar la que debía ser una señal de alarma temprana en el tablero de los demócratas.

Sin embargo, un nuevo aspecto constitucional ha venido a salir al tapete: la eventual “sustitución” de la Asamblea Nacional por una especie de “Parlamento del Poder Popular”, con el explícito fin, por boca de Aristóbulo Istúriz y otros voceros, de desmontar el “Estado Liberal Burgués”; lo cual es risible puesto que la citada figura, que naciera a finales del siglo XVIII, ha experimentado una evolución -que conoce todo quien haya estudiado algo de Teoría General de la Constitución y/o de las Instituciones Políticas- hacia justamente lo que nuestro Texto Fundamental denomina un “Estado Democrático y Social de Derecho”, con lógica, mecanismos, cometidos e instituciones distintas al nombrado. Pero, es más risible aún considerando que quienes diseñaron el modelo de Estado prefigurado en la Constitución vigente, con mayoría aplastante de 125 a 6, en la Asamblea Constituyente que contradiciendo la constitución de 1961 (es viejo el método), se convocó y eligió en 1999, fueron precisamente aquéllos a quienes hoy el reconocimiento de los derechos y garantías individuales y sociales y la práctica de las libertades democráticas, les parecen que es materia a conculcar para agenciarse el rebaño que en todas las sociedades donde ha imperado la visión del Socialismo Real que los obnubila, ha permitido la actuación del poder omnímodo de la nomenclatura, con facultades que recuerdan al Absolutismo. En otras palabras, la esclavitud suya, amigo(a) lector(a); y de quien escribe, a cambio del dulce remoquete de “Popular”.

Este domingo pasado, la periodista Adriana Núñez de TELEVEN le hizo, entre otras, la correspondiente pregunta al Jefe del (des)Gobierno y éste “guaraleó” la respuesta con un discurso sobre las, según él, veleidades “golpistas”, “oligárquicas”, “pitiyanquis” y “burguesas” de los dueños de la televisora.

Ahora bien, ¿es posible constitucionalmente un despropósito semejante? No, desde luego. Pero Ud. y yo sabemos lo que vale la letra constitucional para la nomenclatura que ha secuestrado las Ramas del Poder del Estado. Si al Derecho vamos, tal no podría hacerse ni siquiera mediante una Reforma General de la Constitución. Pero, independientemente de la “creatividad” que los juristas del régimen se vean en la necesidad de desplegar ¿está usted enterado de en qué consiste concretamente tal propuesta? Pues debería, sus líneas generales se encontraban en el Proyecto de Reforma de la Constitución que en buena hora fue negado por el pueblo en diciembre de 2007.

Le voy a recordar algunos detalles. Estas son las normas que el Proyecto proponía para consagrarse como los artículos 136 y 156, ordinal 35 (sí, leyó bien, 35 y no era el último) de la Constitución:

Artículo 136. El Poder Público se distribuye territorialmente en la siguiente forma: el Poder Popular, el Poder Municipal, el Poder Estadal y el Poder Nacional. Con relación al contenido de las funciones que ejerce, el Poder Público se organiza en Legislativo, Ejecutivo, Judicial, Ciudadano y Electoral.

El pueblo es el depositario de la soberanía y la ejerce directamente a través del Poder Popular. Éste no nace del sufragio ni de elección alguna, sino de la condición de los grupos humanos organizados como base de la población.

El Poder Popular se expresa constituyendo las comunidades, las comunas y el autogobierno de las ciudades, a través de los consejos comunales, consejos de trabajadores y trabajadoras, consejos estudiantiles, consejos campesinos, consejos artesanales, consejos de pescadores y pescadoras, consejos deportivos, consejos de la juventud, consejos de adultos y adultas mayores, consejos de mujeres, consejos de personas con discapacidad y otros entes que señale la ley”.


Artículo 156. Es de la competencia del Poder Público Nacional:

(OMISSIS)

35. La promoción, organización y registro de los Consejos del Poder Popular, así como el apoyo técnico y financiero para el desarrollo de proyectos socioeconómicos de la economía social, de acuerdo a las disponibilidades presupuestarias y fiscales”.


En otras palabras, la visión que tiene la camarilla en el poder sobre lo que sería el Poder Popular, es que éste no se ejercería ni se conformaría a través del voto, sino mediante la condición de los grupos humanos organizados como base de la población; se expresaría a través de los distintos consejos previstos en la redacción propuesta para el artículo 136 constitucional (dentro de los que destaca el consejo comunal) y de otros entes que señale la Ley; y, para estos efectos, sería precisamente organizado, promovido y registrado por el Poder Nacional. ¡Nada menos!

Así pues, nada de voto, nada de elección, sólo organización y encuadramiento por parte del Poder Nacional y, en última (¿primera? ¿única?) instancia por el Presidente de la República.

Y ¿qué condición deberán tener estos consejos para que la mayestática voluntad del Presidente les otorgue la cualidad de integrantes del pregonado “Poder”? Fácil, ya nos lo dice hoy el inconstitucional artículo 2 de la Ley Orgánica de los Consejos Comunales (Gaceta Oficial Nº 39.335 del 28 de diciembre de 2009), consejos los cuales son organizados desde y deberán ser inscritos ante una también inconstitucional Comisión Presidencial del Poder Popular. Tal norma dispone:

Artículo 2.- Los consejos comunales, en el marco constitucional de la democracia participativa y protagónica, son instancias de participación, articulación e integración entre los ciudadanos, ciudadanas y las diversas organizaciones comunitarias, movimientos sociales y populares, que permiten al pueblo organizado ejercer el gobierno comunitario y la gestión directa de las políticas públicas y proyectos orientados a responder a las necesidades, potencialidades y aspiraciones de las comunidades, en la construcción del nuevo modelo de sociedad socialista …”


Y, para rematar la faena, la propuesta de “recontra-concentración” del Poder y la gestión pública en el Presidente de la República que fue negada por el pueblo en referendo, en diciembre de 2007, incluía -en la que se preveía como Disposición Transitoria Décima Tercera de la Constitución- una cláusula de transferencia de competencias de los demás niveles territoriales del Poder Público al Poder Nacional, ello en un Estado que se autodenomina redundantemente “Federal Descentralizado” en el artículo 4 constitucional. Así se proponía:

Disposición Transitoria Décima Tercera. En un lapso no mayor de un año serán transferidas todas las competencias que correspondan por esta Constitución al Poder Nacional y que actualmente estén atribuidas a los otros niveles del Poder Público”.

Así pues, éste es el camino que le gustaría trazar a la nomenclatura, descrito con sus propias palabras. Que nadie se llame a engaño. Lo que tenemos por delante es demasiado importante y demasiado exigente.

En la acera del frente, casi embriagados en el relativo éxito de la “Táctica de la Servidumbre de Paso” que han adelantado, los integrantes de la Mesa de Partidos siguen pareciendo no ver las cosas con todas sus aristas.

Pues bien, yo, modestamente, propongo otra “sustitución”: sólo en el estado Miranda los ciudadanos que responden a los liderazgos de Enrique Mendoza, Yon Goicoechea y Carlos Vecchio requieren de esa sustitución (por cierto, no me refiero necesariamente a determinadas posiciones, sino a resolver el tema); pero el fenómeno parece ser de escala nacional. Y, sobre todo, en la cárcel se encuentra un hombre digno y representativo de la Democracia, cuya libertad mediante el voto del pueblo sería un mensaje contundente al régimen y al mundo: Oswaldo Álvarez Paz.

Es verdad que no es posible complacer a todos, también que no tienen por qué limitarse a una sola opción los mecanismos de conformación de la propuesta electoral alternativa al (des)gobierno (en este caso, en su singularidad histórica, a nuestros ojos eran imprescindibles las primarias generales; pero no vamos a insistir sobre el agua derramada); no obstante, no percibir el caudal de votos involucrado en la situación que hoy presentan los nombres citados y otros en todo el país que hemos omitido, es demasiada irresponsabilidad. Sin duda que la conformación de la Propuesta Electoral de la Alternativa Democrática sigue siendo una asignatura pendiente.

Por cierto, hablando de “Poder Popular”, ¿no fue Lenin quien dijo que a veces era prudente dar un (1) paso atrás, para luego dar dos (2) hacia delante?
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