miércoles, 28 de julio de 2010

TITANIC. Por Victor Rojas.


Las organizaciones, al igual que los seres humanos tienen una sicología. Por eso en los estudios de alta gerencia se habla de “sicología organizacional”. En tal sentido, pensamos que hay síntomas en la sicología y la moral en el régimen que deberían ser motivos de preocupación para su cúpula dirigencial. Nos referimos concretamente a los casos de deserción y de denuncias, los que con el tiempo se han ido incrementando.Cierto es que desde el inicio de estos 11 años han habido distanciamientos importantes, se recuerda la inesperada renuncia de la ministra de información, la respetable señora Ramia, quien al correr de los tiempos se ha convertido en victima de viles acciones por parte del gobierno; también está la temprana separación del partido MAS y así, hasta llegar al mes de Abril de 2002, cuando ocurrió la deserción, por razones éticas, de Miquilena y un importante numero de calificados colaboradores, donde estaba Herman Escarra mente jurídica del proyecto chavista .En tiempos más cercanos han ocurrido las separaciones del partido Podemos; Baduel; la dirigencia del Psuv en Barinas; Henri Falcón y el PPT; y podríamos seguir citando ejemplos de toda índole, aunque lo que queremos resaltar es que han sido desprendimientos de importancia cualitativa, cuando por el contrario, no han habido adhesiones del mismo orden. Quizás eso sea una de las causas de tantos desatinos en la gestión gubernamental.El otro aspecto, es el de las denuncias. Algunas, ciertamente, hechas por venganza, como en el caso del gordito Antonini, y las del famoso testigo “estrella” de la Fiscalía. Otras por rivalidades entre grupos internos, como el caso de los banqueros del “proceso”. Pero la gran mayoría, sin duda, son motivadas por conciencia ciudadana.Detengámonos en el caso de los contenedores. Las primeras investigaciones las realizan unas diputadas regionales de Carabobo, por denuncias recibidas de unos trabajadores aduanales sobre traslados sospechosos de la carga de unos contenedores, esto enciende las alarmas y se profundizan las investigaciones, lo que lleva a los culpables a tratar de encubrir los hechos, poniéndose en evidencia. Es importante destacar que fueron trabajadores de la aduana, empleados gubernamentales, quienes hicieron las primeras denuncias. Por cierto, de inmediato fueron despedidos sin contemplación alguna.Esto animó a trabajadores y vecinos de otros lugares del país a realizar denuncias similares, tanto a políticos de oposición, como a medios de comunicación. También es cierto, que cuando la situación se convirtió en escándalo nacional, las rivalidades entre los diferentes grupos dentro del gobierno se exacerbaron y trataron de aprovechar la situación para perjudicar al adversario en la conquista de cuotas de poder: Ramírez pierde espacios, mientras Jaua los gana.Otro caso de denuncia y deserción significativa es la del general Rivero, por el asunto de la intromisión Cubana en las Fuerzas Armadas. Aunque, a decir verdad, en relación a los cubanos son muchas las acusaciones que se hacen, no solo en el caso citado, sino en otros como registros y notarias, ministerio de educación, cuerpos de seguridad, importaciones trianguladas, etc. Aquí también los denunciantes son gente común, ciudadanos que les preocupa la soberanía nacional.Pero las denuncias contra el régimen no son solo en el país, también vienen del exterior, se le acusa de apoyar a grupos terroristas, de ser complacientes con el narcotráfico, de interferir en los asuntos internos de otros países. Lo mas reciente: las “coimas “cobradas a los empresarios Argentinos.En fin, el gobierno es desertado y denunciado por los cuatro costados, síntoma de crisis definitiva. Se ha convertido en un gigante frágil como el Titanic. Situación que crea una mentalidad de “sálvese quien pueda”: algunos raspan la olla, y otros, los más, se atrincheran en su dignidad y piensan en el 26 S.Un hecho importante y curioso, dentro de esta descomposición, fue la breve disputa entre el Contralor y la Fiscal, por lo de Pdval, algo impensable solo meses atrás, por aquello de la política de “encubrimiento”. Imaginamos que algún apaga fuegos de jerarquía puso orden en la tribu… mientras la travesía continua rumbo al iceberg.Frente al caos creado por una mala gestión, el gobierno en lugar de aplicar correctivos, intenta, como es su costumbre, maniobras de distracción para tapar el desastre, en este caso, ofende y acusa de desestabilizadores al Cardenal y a la jerarquía católica; presenta a un terrorista magnicida y apresa a un opositor, que con mucho cuidado guardaba peligrosos explosivos en la cuna de su pequeño hijo: municiones nada mas y nada menos que para volar la plaza Alfredo Sadel el día de la final del mundial.Estas maniobras tratan de revivir la situación del golpe del 2002. Crear un escenario virtual en el que haciendo el papel de victima se le pueda sacar provecho electoral. Pero el país ya es otro, identifica al gobierno como mentiroso, ineficiente y corrupto; y como charlatán de feria, la gente los deja solo con sus trucos desgastados



ciudadanocomuncorreo@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario