jueves, 29 de abril de 2010

Primarias… ¿Éxito o Fracaso? Por Rafael Marín


Desde hace aproximadamente un año, cuando llegué a Venezuela proveniente de España, en declaraciones que suministré a los periódicos “La Razón” y “Las Verdades de Miguel”, sostuve la tesis de que las elecciones primarias para la selección de los candidatos de la oposición a la Asamblea Nacional eran el medio idóneo para lograr el entusiasmo y la participación de densos sectores del electorado, cada día más decepcionados tanto del gobierno, como de las practicas poco transparentes de sectores de la oposición. No solamente la bondad de las primarias se limitaba a lograr el entusiasmo de esos sectores, sino que permitía organizarlos y prepararlos para la defensa de su voto en las mesas de votación y en la calle si era necesario. Otra ventaja que se lograría a través de las primarias, eran candidaturas unitarias de la oposición, fáciles de promover y defender en los procesos electorales. Habría que añadir además que conforme a experiencias anteriores resultaban menos traumáticas y más económicas.
Estos y otros argumentos los repetimos hasta la saciedad, a través de los pocos medios que nos lo permitieron. No para generar confusión, ni para sabotear los esfuerzos de la mesa de partidos, sino para contribuir con nuestra modesta opinión a una salida exitosa frente al chavismo; posibilidad que se hacia más patente a medida que transcurría el tiempo y las encuestas arrojaban dígitos negativos para el régimen y cada vez más positivos para los sectores que simpatizaban con una salida no chavista, y con una vía unitaria y de elecciones primarias. La mesa no escuchó; se celebraron elecciones primarias el domingo pasado, en apenas 15 de los 87 circuitos electorales del país.
La mejor evidencia de que teníamos razón lo constituye el hecho de la concurrencia espontánea, decidida y numerosa de la ciudadanía a esa gesta cívica y democrática. Por demás exitosa. Deseamos felicitar a los candidatos que resultaron favorecidos por la manifestación soberana y limpia de voluntad de los ciudadanos que concurrieron a esos comicios.
Si en lugar de esos 15 circuitos se hubiera aplicado la formula de 100 % primarias para elegir los candidatos de las listas, y de la totalidad de los circuitos y de la representación al parlamento latinoamericano, el triunfo de la oposición en las elecciones legislativas del 26 de septiembre hubiese quedado sellado y refrendado, por una multitudinaria manifestación de soberanía popular, que no hubiese dejado lugar a dudas acerca de la derrota chavista. Los bemoles no se hicieron esperar, como habíamos dicho los mecanismos represivos utilizados por parte de voceros de la mesa consistentes en tildar de chavistas o pro-chavistas a quienes desde el campo de la oposición no respaldaran los resultados de las negociaciones burocráticas y acuerdos de los principales factores de la mesa no surtieron efecto. Los primeros en saltar para exigir su inclusión fueron, en el caso del Estado Miranda Enrique Mendoza y Carlos Vecchio y 24 horas después, al menos una docena de lideres regionales representativos de varias entidades federales suscribieron un comunicado, hecho público, en el que cuestionan la conducta de la mesa y afirman que continuaran convocando a elecciones primarias en sus respectivos estados. Del lado de gobierno, como era de esperarse. Tanto Chávez como su áulicos del PSUV salieron presurosos a descalificar por “pírricas e ilegitimas” a las primarias de la oposición y como antidemocráticas la conducta de la mesa.
Para decirlo con un proverbio castellano, “las longanizas corriendo detrás de los perros”; este individuo, que desde el gobierno persigue y encarcela a la oposición clausura y arremete contra los medios de comunicación social, que impone su voluntad en todo cuanto debiera ser consultado con el país, lisa y llanamente porque le da la gana, este individuo que se ha dado el lujo de reinventar la historia para reivindicar malandros propios y extraños, como a Pérez Jiménez, Fidel Castro, Fujimori, Idi Amín, Ahmadinejad, Mugabe, Carlos El Chacal y Noriega, que ha tenido los riñones de solicitar el estatus de beligerante para las FARC, y de manifestar su admiración y reconocimiento por genocidas como Lukashenko y sus sicarios de Bielorrusia, este individuo que ha cohonestado el peor latrocinio contra los bienes de la república para financiar una geopolítica de importación y exportación del modelo dictatorial castrista. Este individuo que amenaza con eternizarse en la dirección del Estado Venezolano, el mismo que ha montado una farsa, con unas primarias de su partido, para justificar un nuevo dispendio de cursos del estado, usados abusiva y deshonestamente, para trasladar por todos los medios no a militantes, sino a miembros de un rebaño a quienes ha domeñado como pretende domeñar a la Fuerza Armada, a los realazos. Se da el lujo de ponerse de ejemplo democrático frente a la oposición. “Cosas vederes Sancho…” esta oportunidad que pudo haber sido aprovechada por la oposición para establecer un contraste definitivo entre una visión de estado, una práctica y una cultura participativa y democrática frente a un autoritarismo represivo, antinacional y pro imperialista (no solamente lo decimos por la penetración cubana, sino por la entrega en bloques de nuestro petróleo a compañías transnacionales), la desaprovechó, por eso la interrogante del título de este artículo. Primarias… ¿Éxito o Fracaso?
Mi conclusión es: que desperdiciamos una gran oportunidad, que los ciudadanos de pensamiento democrático obtuvimos un éxito parcial, que quedó demostrado que el pueblo desea participar y elegir a sus representantes, que de ahora en adelante el método universal frente a todo y para todo hecho electoral deben ser elecciones primarias y finalmente que debemos prepararnos psicológicamente para repeler la avalancha de ataques provenientes de un chavismo erosionado que como fiera herida y sabiendo que se juega el resto el 26 de septiembre pretenderá acabar a dentelladas represivas y autoritarias a la oposición democrática.
Rafael Marín




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